lunes, 13 de junio de 2011

La expiación de jesucristo

Una de las razones por las que estamos aquí en la tierra es para aprender a obedecer los mandamientos de Dios. Con la expiación de Jesucristo que vivió una vida perfecta, todo aquel que ha vivido sobre la tierra ha pecado ( véase Romanos 3_23  1 Juan 18 ) pecar es quebrar deliberadamente los mandamientos de Dios, y todos los pecados conllevan un castigo.
En ultima instancia la consecuencia de cualquier pecado es el estar separados de Dios, Esta separación es tan grave que no podemos repararlas por nosotros mismos.
Para superar esta separación nuestro Padre Celestial proporciono una manera para que su hijo unigénito Jesucristo tomara sobre si las cargas de nuestros pecados, haciendo posible que seamos espiritualmente limpios y nos reunamos con el, este es el plan de misericordia.
El salvador enseño, Por que he aquí yo Dios, he padecido estas cosas por todos, para que no padezcan, si se arrepienten, mas si no se arrepienten padecerán así como yo.
Como parte de su expiación, Jesús padeció por nuestros pecados en el jardín de Jetsemani, y en la cruz del calvario, al arrepentirnos de nuestros pecados podemos traer el poder de su expiación a nuestras vidas, Jesucristo quien voluntariamente expió nuestros pecados dijo:
: Venid a mi todos los que estéis trabajados, y cansados que yo os haré descansar :
; llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mi que soy manso y humilde de corazón y hallareis descansó para vuestras almas ; por que mi yugo es fácil y ligera la carga ( Mateo 11-28 a 30 )
; he aquí he venido al mundo para traer redención al mundo, para salvar al mundo del pecado.
; por tanto, al que se arrepintiere y viniere a mi como un niño pequeñito, yo lo recibiré por que de los tales es el reino de Dios. He aquí, por estos he dado mi vida, y la he vuelto ha tomar, así pues, arrepentios y venid a mi vosotros, extremos de la tierra, y sed salvos ;
La expiación de Jesucristo nos proporciona.
La resurrección a todos los que nacemos de la tierra.
La vida eterna en la presencia de Dios, para todos los niños que murieron antes de llegar a la edad de la responsabilidad.
Compensación para los justos, por las injusticias de esta vida.
El perdón de todos nuestros pecados por medio del arrepentimiento y el bautismo.